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miércoles, julio 18, 2012

Libro: Piano. La historia de un Steinway de gran cola


Titulo: Piano. La historia de un Steinway de gran cola.
Autor: James Barrow 
Editorial: Alba 




Qué pasada de libro.

Imagino que no todo el mundo lo verá así, pero para mi, leer esta obra está al nivel de catarsis tras años de clases de piano practicamente olvidadas (más por imposibilidad de practicar que por desgana). Ha supuesto volver a escuchar las obras de Beethoven, Bach, Tchaikovsky o Rachmaninov con un interés adicional y un conocimiento orgánico del instrumento en si y de su historia (sin ser más que aficionado, ojo). Y ha supuesto volver a avivar con mi interés de la niñez por dos fabricantes de instrumentos: Steinway y Stradivari.

Puede que a quien no haya estudiado piano, o a quien no le interesan la fabricación (diseño, avances técnicos…) de instrumentos (no solo los musicales) no le parezca una obra tan buena, pero desde luego, es una buena obra. De ello se encarga James Barrow (perfectamente traducido), que transpira calidad al narrar el relato, ejerciendo como dios manda el oficio de periodista.

Retrospectivamente, es posible que leer este tipo de obras (aun tengo pendiente la reseña del de violín) me hubiesen animado más y mejor en el aprendizaje de un instrumento, pero esa historia ya es agua pasada, y a día de hoy su lectura me anima a educar en lo musical y en lo científico/técnico a mi hija. Así que si eres un nuevo estudiante de música (no exclusivamente de piano), un viejo aficionado, un fan de la música clásica, un fabricante de herramientas (desarrolladores de software incluidos), o incluso un aspirante a empresario, deberías leer este libro.

El siglo de historia que narra, nos acerca, no solo a la fabricación de un instrumento de precisión moderno, sino a la historia de una empresa, la de los cambios tecnológicos y económicos acaecidos, y la relación del hombre, del especialista, con sus herramientas.

Como hay más y mejores críticas en lugares como Amazon http://www.amazon.com/Piano-Making-Steinway-Concert-Grand/dp/0805078789 , lo dejaré aquí, solo para recomendarlo encarecidamente y para poner las habituales citas interesantes.


La RCA comercializaba la marca de radios más vendida en la nación y Sarnoff comprendió lo que podían ofrecer: entretenimiento con solo girar un botón… No hacían falta ni clases ni talento y las radios eran más baratas que los pianos, que los Steinway en particular. [Tras haber sobrevivido al fonógrafo y al tocadiscos…] en 1933 dos terceras partes de los hogares estadounidenses tenían receptor de radio.
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Incluso los clientes que querían comprar un piano de cola no querían modelos grandes. Las casa adosadas iban desapareciendo en Nueva York y, en su lugar, surgían edificios de apartamentos. Henry Z. Steinway nación en un piso del edificio que se erigió en el solar de la Cuarta Avenida que ocupaba la primera fábrica Steinway. Lo que mantuvo a Steinway & Sons cuando la gente tuvo que conformarse con viviendas más pequeñas que las casas adosadas de sus padres fue el modelo M, un piano de cola que empezó a fabricarse en 1912 y que medía un metro menos que los gran cola como el K0862 (el protagonista del libro, un modelo D).
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El problema de los pianos es que son orgánicos y cambian constantemente. No tienen nada que ver con la fabricación de neveras y cosas así.
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[Acerca del ajuste de cuerdas en el piano] Utiliza una herramienta que tiene una especie de gancho al final y tira con fuerza. “Algunos llevamos pinzas de médico, de las que usan para cortar hemorragias, que parecen unas tijeras largas”, dice. Se refiere a las pinzas de hemostasia; algunas tienen dientes en los filos y vienen muy bien para tirar de las cuerdas.

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