Un caluroso e indeterminado día de verano del 2005 encontré en la mesa de Von Kabinen un número de la revista RH dedicado a Islandia en ese momento, harto del calor y buscando un descanso de los habituales problemas del desarrollo de software me puse a hojearla sin saber que poco a poco como el glaciar de Vatnajökull, Islandia penetraría en mi mente y no podría volver a quitármela de la cabeza.
Ha pasado un año y ya estoy planeando seriamente cuando y como ir a conocer la isla, la tierra de hielo, el lugar más recóndito e inhóspito de Europa. Para ello, a parte de mirar precios de viajes (unos 2.500€ por 10 días y persona en Halcón, aunque hay alternativas), intento saber más de la cultura, historia y arte islandés y para ello me ha venido de maravilla el libro que acabo de terminar: “La Isla Secreta. Un recorrido por Islandia” de Xavier Moret un libro que más bien parece un diario de viaje (como una Moleskine, que por cierto recomiendo llevar a todo viaje) del autor, y que narra desde su llegada al aeropuerto de Keflavík en pleno verano, a su regreso en pleno invierno para ver la aurora boreal. Se trata de un libro que recomendaría a cualquiera dada la cantidad de anécdotas e historias curiosas que contiene, y lo fácil que resulta leerlo, amen de lo exótico que debería resultar para cualquier amante de los viajes. Pero sobre todo, este libro representa para mi una introducción a Islandia, a su historia, su cultura, su gente, su mitología y creencias, su geografía y clima, y en definitiva un primer viaje virtual a la tierra que desde hace un año soy incapaz de olvidar.
Sobre Islandia, para quien no conozca absolutamente nada hay algunos detalles básicos que quizá aviven el interés, como por ejemplo, que es una nación soberana desde 1944 con unos 280.000 habitantes (como la provincia de Burgos), tiene la capital más al norte del mundo, experimenta la luz de medianoche en verano y la noche sin fin en invierno debido a su proximidad al polo (esta prácticamente al lado de Groenlandia), su primer colono llegó sobre el año 1000 y tienen una bebida llamada Brennivín (“muerte negra”).
En mi caso, algunas de las cosas que me ha parecido más interesante es que hablan prácticamente la misma lengua que sus primeros pobladores (es como si aquí hablasemos como Cervantes), tienen glaciares, volcanes (entre otros el Snaefellsjökull por el que se llega al centro de la Tierra según Verne), terremotos, multitud de aguas termales y creen en elfos y sus antiguos dioses.
En fin, que recomiendo el libro, y el año que viene si todo marcha como debe, pondré un post sobre Islandia.
Música islandesa recomendada: Björk y Sigur Ross (los prefiero).
Direcciones que me he apuntado y aún no he tenido tiempo de visitar:
3 comentarios:
La verdad es que tiene que ser precioso, pero... ¿no preferírias empezar por algo menos al norte?...
No se ... ¿Noruega, Escandinavia, Suecia?
No obstante... si te decides, igual me apunto ;D
Creo que si no fuera por el clima, sería el Paraíso. Cascadas sin fin, silencio, naturaleza limpia, es un viaje distinto, que invita a pensar.
Ey tronk soi forofo de islandia desde ace unos meses y no me loo puedo sacr he programado un viaje para agosto pero no se aun si ire tengo unas ganas de perdermeen los glaciareske te cagas vamos e llegao a pensar ke mis antepasados son isladeseees
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