Título: El cálculo de Dios
Autor: Robert J. Sawyer
Editorial: Ediciones B
De nuevo, un libro de ciencia ficción de Sawyer. Sin duda mucho más alegre y positivo que el periódico o el telediario, aunque lamentablemente de lectura contraindicada dadas mis actuales circunstancias personales (que no comentaré). Por un lado, he disfrutado con él pero debería haberlo leído hace un año, o quizá dentro de un par y habría disfrutado más.
En fin, se trata de un libro de ciencia ficción de la buena. Alienígenas, choque cultural, tecnologías exóticas… todo ello dispuesto para que Sawyer nos hable de la posibilidad de la existencia de Dios mientras nos da un buen repaso de cosmología, física y exobiología. Por supuesto, toda la historia va orientada, como era de esperar siendo el autor quien es, a explorar la civilización humana, su presente y futuro, particularmente las diferentes posibilidades a MUY largo plazo.
A pesar de todo reconozco que a Sawyer se le va un poco la pinza cuando habla de Dios, y probablemente no sea el tipo de libro que disfrute un fanático de El Espejismo de Dios o cualquier otro tipo de activista ateo (yo soy ateo del tipo vive y deja vivir), pero merece la pena leerlo por las ideas sobre la ecuación de Drake que maneja. Concretamente la idea de que uno de los parámetros de la ecuación sea el porcentaje de chalados de una sociedad y que afectaría a la posibilidad de que alguien llegase a obtener capacidad (recursos, conocimientos) para eliminar a su propia civilización. Como recordarán los interesados en la ecuación de Drake, uno de los parámetros (concretamente el parámetro L) es el tiempo que las civilizaciones sobreviven a su madurez por aquello de las armas nucleares y bacteriológicas y por tanto el porcentaje de chalados aumentaría esta posibilidad.
Otro de los temas interesantes es la idea de que las civilizaciones, una vez que alcanzan la radio, podrían emitir solo durante unos pocos siglos antes de obtener tecnología adecuada para decidir que es mejor “digitalizarse” en un mundo virtual y evitar ser descubiertos por terceros o morir de enfermedad, accidente o guerra. Por supuesto estas civilizaciones preferirían, o bien el anonimato (escondiéndose en el espacio o en el interior de su planeta), o bien podrían optar por “esterilizar” toda forma de vida cercana reventando la supernova más próxima, evitando intromisiones en sus hogares digitales.
En resumen, si no eres ateo radical, te gusta la ciencia ficción y no tienes conocidos o familiares muriendo de cáncer, este es tu libro.
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