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lunes, junio 23, 2008

El Hombre Máquina y Guy Kawasaky

La miniserie de dos números de El Hombre Máquina de De Falco y Windsor-Smith es una de las obras que con más cariño recuerdo. Supongo que es debido a que el super héroe que la protagonizaba no fue demasiado "quemado" por la Marvel al no ser una colección de gran éxito, y a que fue uno de los que primero conocí gracias al número 1 en blanco y negro que aún conservo.

Ahora que estoy leyendo El arte de empezar de Guy Kawasaky (si, ese Guy) por alguna razón mi cerebro interconectó neuronas a través de años y años de recuerdos hasta llegar a la frase perteneciente a una viñeta del mismo. Concretamente esta viñeta y su última frase.


Esta viñeta evoca algo de lo que Guy predica. Creo que ese algo es el momento en que una idea se pone en marcha, el punto de inflexión en que esa idea pasa a ser una decisión irrevocable. Un punto de no retorno y la frontera entre el mero deseo y la pura acción.

La viñeta es pequeña, y está colocada en un mal sitio técnico como es la esquina inferior derecha de una página izquierda y me gusta pensar que es a propósito, que así representa tanto el paso de frontera, como lo breve en tiempo del momento y la soledad que acompaña a una decisión trascendente. Pero aún a pesar del pequeño tamaño, es claramente un momento solemne y entiendo que por ello Barry eligió esa sobriedad de composición.

Por otro lado obsérvese en la portada la unión de esa tipografía tipo IBM con el arco iris de ZX Spectrum o Apple.



Estas son las viñetas que acompañaban la escena citada. Es interesante observar lo cinematográfico que queda el conjunto.


Y otro detalle que me encantó y me hizo comprar el comic en su día fue la curiosa idea de hacer una especie de díptico con las contraportadas.


Como detalle friki, comentaré que en el primer tomo publicado en 1984 (el personaje fue creado en 1977), cuando desembalan y reensamblan al Hombre Máquina en el año 2020, se puede observar lo que parece un claro efecto 2000.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena esta entrada!

Esa viñeta y esa frase... grandes!

(Y es que, a veces, menos es más, y entonces lo verdaderamente importante se manifiesta por sí mismo sin necesidad de aparatosas retóricas.)

Saludos.