Autor: Nicolás Maquiavelo
Este libro lo descargué en la Palm desde Internet, de la página de La Editorial Virtual, en julio de 2007 y no lo he terminado hasta noviembre de 2008. La idea era tener algo siempre disponible para ser leído en cualquier momento con el fantástico lector Plucker, especialmente en momentos de espera en Metro, tren, etc… así que me lo he tomado con mucha calma.
Lo primero que sorprende es que a pesar de ser una obra del siglo XVI, ha resultado realmente actual. Tan es así que me extraña que se le dé tanto bombo y platillo al Sun Tzu a la hora de hablar de negocios y dirección cuando este texto de Maquiavelo me ha parecido infinitamente superior. Por otro lado me ha sorprendido gratamente el poder leer las ideas de una persona tan injustamente denostada y con una mente tan preclara a la hora de juzgar hombres y acciones. De hecho resulta tan actual y preclaro, que es imposible no darse cuenta cuando empiezas a leerlo, de que describe perfectamente no solo su historia pasada, sino también la historia actual y futura de las naciones, empresas y en general cualquier empresa colectiva humana.
Evidentemente, por su extensión, se deduce que no es una obra de extenso conocimiento en profundidad, pero si es una guía producto de una gran inteligencia con un enorme conocimiento de la historia y la naturaleza humanas. Una guía de la sociedad humana, enfocada en gran parte a la sociedad italiana del Renacimiento, pero una guía igualmente útil para la sociedad humana del siglo XXI. Supongo que eso se debe en parte a que la única evolución de la humanidad es la complejidad de su tecnología.
En resumen yo diría que nos encontramos ante una lectura intemporal y obligada para cualquiera interesado en la dirección de cualquier tipo y de la política en general, y que una buena edición de este libro podría ser un buen regalo para cualquier persona con ese tipo de intereses ahora que se acercan las navidades y que tenga espacio en casa para libros (que no es mi caso).
Al margen del contenido, he de decir que no es un libro que me haya resultado cómodo de leer, ya que a mi juicio, quizá demasiado habituado al lenguaje directo y técnico, es demasiado italiano. Con esto quiero decir que me ha producido la misma sensación que escuchar un discurso en italiano, largo y enrevesado sin necesidad, muy sonoro y cantarín, y en general tendente al empalago.
Como de costumbre dejo un par de citas del mismo:
No existe posibilidad de hallar dispuestos de otra manera a los ministros, porque los hombres son siempre malos, a no ser que se les obligue por la fuerza a ser buenos.Porque la fortuna es mujer y por ello conviene, para conservarla sumisa, zaherirla y zurrarla. En calidad de tal, se deja vencer mas de los que la tratan con aspereza que de los que la tratan con blandura.*En las acciones de todos los hombres, pero particularmente en las de los príncipes, contra los que no cabe recurso de apelación, se considera simplemente el fin que llevan. Dedíquese, pues, el príncipe a superar siempre las dificultades y a conservar su estado. Si logra con acierto su fin se tendrán por honrosos los medios conducentes al mismo, pues el vulgo se paga únicamente de exterioridades y se deja seducir por el éxito.**
*Nota: He introducido esta cita por que me hacía gracia por el tono machista en estos tiempos de corrección política, a pesar de lo cual he de reconocer que descontando el tema de la violencia física, estoy de acuerdo (como muchos otros) con Maquiavelo en que las mujeres prefieren un tipo de hombre duro antes que blando.
**Nota: Al parecer esta cita fue la que provocó que se relacionara a Maquiavelo con la frase que nunca dijo de “el fin justifica los medios”, que como podrá observarse no tiene demasiado que ver con sus palabras, las cuales evidencian que el fin no justifica nada, y se refieren a que el éxito y el poder absoluto permiten un perdón y unas disculpas que no pueden proporcionar el fracaso. Todo independientemente del fin.
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