Autor: Richard P. Feynman
Editorial: Critica
Hacía algún tiempo que quería leer algo más de Feynman, tanto por lo poco que conocía de el, como por recomendaciones varias, y decidí comenzar con este libro en concreto por ser el que más a mano tenía.
El libro es una recopilación de diversos textos escritos por Feynman y entrevistas realizadas al mismo a lo largo de su vida, y deja constancia de las ideas del físico acerca de muchas cuestiones tanto científicas como sociales. En particular resulta interesante ver como Feynman tenía una idea de los títulos y personalidades que haría avergonzarse a más de uno hoy día (determinados políticos, ingenieros o eclesiásticos entre otros), y también que tenía un grandísimo sentido del humor acorde su inteligencia que por lo que se ve, debía ser tan vasta como sus intereses (robo, fisiología, pensamiento crítico…).
En realidad es un libro de fácil lectura debido tanto a su estructura de entrevistas, como a su extensión de 200 páginas. Facilidad que no se ve empañada en absoluto cuando entra a hablar de física teórica o ecuaciones (muy pocas veces). Sin embargo es esa misma facilidad de lectura la que deja cierta sensación de “vacío” al terminar su lectura, ya que no se profundiza en ningún tema en particular más allá de lo necesario para divulgar sus ideas. En resumen se podría decir que este libro gustará a los amantes de la divulgación de Carl Sagan, los interesados en el pensamiento crítico, buscadores de inspiración para hacer ciencia y cualquier interesado en la historia de la ciencia teórica. Así que mi veredicto es que el libro es recomendable como lectura para el interesado en La ciencia, pero para nada indispensable.
Actualización: Había olvidado añadir una cita del libro. Creo que esta va perfecta:
Feynman: [...] He aprendido a vivir sin saber. No tengo que estar seguro de que estoy teniendo exito y, como dije antes acerca de la ciencia, pienso que mi vida es más plena porque soy consciente de que no sé lo que estoy haciendo. ¡Estoy encantado con la anchura del mundo!
Omni: Cuando volvíamos del despacho, usted se detuvo para discutir una lección sobre visión de los colores que va a impartir. Eso está muy lejos de la física fundamental, ¿no es cierto? ¿No diría un fisiólogo que usted entra en un "coto reservado"?
Feynman: ¿Fisiología? ¿Tiene que ser fisiología? Mire, déme un poco de tiempo e impartiré una lección sobre cualquier cosa de fisiología. Estaré encantado de estudiarla y descubrir todo sobre ella, porque puedo garantizarle que sería muy interesante. Yo no sé nada, pero sé que todo es interesante si se profundiza en ello lo suficiente.
Mi hijo también es así, aunque sus intereses son mucho más amplios que los míos a su edad. Él esta interesado en la magia, en la programación de ordenadores, en la historia de la iglesia primitiva, en topologían... ¡Oh!, él va a vivir una época ajetreada, ¡hay tantas cosas interesantes! Nos gusta sentarnos y hablar sobre lo diferentes que podrían ser las cosas de lo que esperamos; tomemos los aterrizajes de las Vikíngo en Marte, por ejemplo, estamos tratando de pensar cuántas formas de vida podría haber que no se pudiesen descubrir con ese equipo. Sí, Se parece mucho a mí, de modo que he transmitido esa idea de que todo es interesante al menos a otra persona. Por supuesto, no sé si eso es bueno o no... ¿Ve usted?
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